Una delicia de jugador. Una suerte poder disfrutarlo en España.
Todo un jugón, todo un as sacado de la manga por Monchi que rescató a este grandísimo jugador de la Primera "B" argentina, equivalente a la Segunda B española, y que permitió, que hoy por hoy, podamos divertisnos viendo a este grandísimo jugador.
Sus inicios no fueron fáciles, en la cantera de Boca sufrió mucho por bajito y flaco.Finalmente abandonó la cantera xeneize, lugar donde su padre, fue un famoso delantero apodado como el Mono, de ahí, el apodo de Diego, Monito.
Recaló en el Club Deportivo Morón, dónde creció como jugador hasta que en 2006, Monchi lo trajo a Sevilla para reforzar el filial nervionense y formarles como una apuesta de futuro.
El jugador impresionó a los técnicos del propio club desde el principio.
Atesora una calidad inmesa y necesita poco más de 2 metros para saltarse su marcaje e iniciar una jugada de peligro.
La prensa local criticó duramente a Manolo Jimenez a dar ficha de primer equipo a Diego, ocupando la plaza de extracomunitario. Plaza que dejó libre Ernesto Javier Chevantón al conseguir ficha de comunitario.
Jugador que vive por y para el fútbol. Los más cercanos a él, dicen que toda su vida gira entorno al fútbol. Es un jugador que al llegar a casa después de entrenar, ve fútbol. No sale a divertirse exageradamente, no protagoniza portadas con sus escándalos, ve partidos de fútbol.
Humilde, trabajador, busca mejorar como futbolista, afianzarse como jugador de la primera plantilla del barrio de Nervión y destacar por sus brillantes actuaciones.
Con una excelente técnica, unida a su garra, fuerza, desborde y perseverancia, nunca da un balón por perdido, todo un guerrero en el rectángulo de juego.
Jugador de equipo que tiene en Lautaro Acosta uno de sus mejores amigos.
Seguró que nos ofrecerá muy buenos momentos este jugador en el Sevilla.
Grande Diego!
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