Victorias que acercan el sueño.

Liga regular. Muchos partidos, muchos encuentros. Todos valen lo mismo, la victoria siempre se cotiza igual, siempre son tres puntos.

Ninguna victoria es cómoda, es sencillo pero a la vez complicado. Meter más goles que tu rival, llevar la balanza del marcador a tu favor, ganar. A veces te cuesta más, otras menos; a veces se te escapa por poco, por un fallo en la defensa, por una cantada a destiempo o por una contra que no se supo defender. Ayer no fue un partido de esos. No jugaba ni Cristiano, ni Messi, ni Navas, ni Villa. Jugaban Curro, Xavi Moré, Invernón y debutaba un chaval llamado Perona.

Real Oviedo. Estadio Carlos Tartiere, partido de la Segunda División B española Grupo II, alrededor de 7300 espectadores, 7300 gargantas dispuestas a animar a su equipo. El rival, el Atlético de Madrid "B".

Primero minutos y todo se ponía de cara para el conjunto local, 1-0 gol de Xavi Moré. El conjunto madrileño fue capaz de remontar, un cabezazo a saque de corner y un penalty a la reanudación después del descanso dieron la vuelta al partido y ponía contra las cuerdas al conjunto azul. No estaba todo dicho, Xavi Moré y el recién llegado Perona pusieron el 3-2 a favor del Oviedo en el marcador. La afición volcada con su equipo, todavía debería de aguantar un último mazazo, empate a tres del Atlético, fallo en la zaga, mala salida del portero local y el rival que aprovecha el despiste para poner el marcador en tablas.

Últimos minutos, desesperación y ansiea de victoria se unían en las gradas. Minuto 90, el portero del Atlético cae en el área, tirón en el abductor, arañar minutos al cronómetro. Comienza el desanimo en la afición y los gritos enojo. Segundos para el final del partido, centra el Oviedo desde la banda derecha y el línea entiende que el balón toca en la mano de un defensa rival dentro del área, penalty. Lanza Curro, gol. Los jugadores visitantes se comen al colegio mientra que los del Oviedo celebran la victoria. La grada grita al unísono el sueño, Volveremos.

Victorias como esta, a veces, valen una clasificicación para las eliminatorias de ascenso. Victorias como esta acercan al equipo al ascenso, dan moral a los jugadores e ilusionan a la afición.

Menudo partidazo.