Si sobre el campo no están ni Torres ni Gerrard, el Liverpool lo nota.
Los "reds" se resienten sin ellos. No es algo nuevo, siempre que falta alguno de los dos, su equipo pierde en ataque y se convierte en un equipo previsible.
Tras un arranque de temporada más que dudativo, con 5 victorias y 4 derrotas, el Liverpool se presentaba en Sunderland con la necesidad de sacar los tres puntos. Sin Torres ni Gerrard, ambos por lesión, Rafa Benítez y los suyos, debían conseguir la victoria.
El "globo gol" encajado no puede ser excusa, el conjunto inglés práctico un juego insulso, fuera de sentido, sin ritmo y sin peligro. Las mayoría de las jugadas eran malgastadas al anticiparse la defensa.
Carencias en el juego. La brillantez en el juego, el toque de balón o los cambios de ritmo no tenían nombre en este partido, su nombre era Steven Gerrard. Tampoco fue citada la rápidez, el abrir espacios entre la defensa rival, ese es Fernando Torres.
Su presencia en el partido inclina la balanza a favor de los "reds", su ausencia, deja a un equipo sin líder ni cañón, sin ritmo ni velocidad, sin pase ni gol. Un equipo sin jugadores que decidan los partidos en cuestión de segundos, que no marcan las diferencias en una jugada.
Fernando y Steven. Torres y Gerrard.
Dos jugadores únicos, el ama de un equipo.
1 comentario:
Buen blog,en mi entrada anterior hablo sobre lo mismo pero no creo que el problema resida unicamente en la falta de esta dupla
te añado en mis links
saludosd desde futbol-diem.blogspot.com
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