La alegría va por barrios.

La alegría va por barrios. En un partido, pocas veces ambas aficiones salen contentas y satisfechas con el resultado. Hoy no se dio el caso.

Partido de vuelta entre el Real Oviedo y el Pontevedra en el Estadio Carlos Tartiere. En el Pasarón, los gallegos consiguieron un 2-0 a su favor. El Oviedo tenía que mantener la portería a cero y meter, al menos, un gol.

Ambientazo en Oviedo. Alrededor de 21.000 espectadores, mil de ellos aficionados visitantes.

Durante el primer periodo el Oviedo dominó, la posesión era suya pero las ocasiones no terminaron por cuajar. Salió eléctrico el equipo ovetense, pero se fue apagando con la ferrea defensa gallega, bien aleccionados por el ex-capitán sevillista Pablo Álfaro.

El ataque local se basó en centros al área bien atajados por un segurísimo Miranda, y en los detellos de Manu Busto. En el descuento, El Pontevedra vio como un jugador suyo era expulsado en el descuento de esta primera parte, las cosas se dificultaban para los visitantes que debían afrontar los restantes 45 minutos con uno menos.

Al inicio del segundo tiempo, el jugador más decisivo de toda la eliminatoria, el número 11 del Pontevedra, remataba un corner de cabeza, adelantando a los visitantes y acercando el sueño gallego. Igor de Souza desesperó al Tartiere y reactivó los gritos y ánimos de la hinchada gallega.

Pese a ello, el Oviedo no se vino abajo. Pichi Lucas realizó tres cambios ofensivos y el equipo se echó al ataque. Diez minutos después del gol, Orlando del Pontevedra fue expulsado por doble amarilla, el Oviedo se la jugaba contra nueve. Los minutos pasaban y la tensión crecía.

Cuando la esperanza empezaba a flaquear, Perona logró el empate a uno, era el minuto 80 de partido y la grada sabía que el segundo gol ovetense y la prórroga todavían eran posibles. Pero no, con el Oviedo arriba y con un solo central nato, el Pontevedra a la contra resolvió; el partido estaba visto para sentencia.

Caras de desolación en el Tartiere que contrastaban con la alegría visitante. Como siempre, la alegría va por barrios.

Final del partido. No pudo ser, el Pontevedra, tanto en la ida como en la vuelta, supo jugar su partido y tuvo, en Igor de Souza, al jugador más decisivo de la eliminatoria. Su defensa sólida supo parar los ataques oviedistas y finalmente, consiguieron superar la eliminatoria. Aguantaron con nueve, gran esfuerzo físico.

Enhorabuena al Pontevedra, al equipo, a Pablo Álfaro y a la afición, en especial a los 1.600 aficionados desplazados hasta la capital de Asturias. Suerte en próximas eliminatorias.
Suerte a la afición carbayona y al equipo para el año que viene, ojalá puedan volver a los play-off y devolver al Oviedo a la LFP.

Emocionante partido en el Carlos Tartiere.

PD: El Granada es nuevo equipo de Segunda División, el año que viene jugará la Liga Adelante. Enhorabuena!